Dracón (siglo séptimo a.C.)- Atenas escogió a este funcionario para redactar sus leyes, las primeras escritas en Grecia, hacia el año 620 a.C. Las severas leyes de Dracón hacían del estado el acusador exclusivo de aquéllos procesados por crímenes, eliminaban la justicia privada y castigaban con la muerte muchas faltas. El término draconiano se refiere todavía a un castigo severo. Sin embargo, los atenienses adoraban a Dracón.
En cierta ocasión entraba a un auditorio para asistir a una recepción en su honor, y los atenienses le dispensaron la acostumbrada y festiva acogida, sumergiéndolo prácticamente bajo sus sombreros y mantos.
Dracón cayó y, como se quedara sospechosamente tranquilo, los atenienses levantaron todas las ropas y lo encontraron muerto por asfixia.
Desde la mitad del siglo -VII un malestar que va en aumento pesa sobre el Ática; El régimen aristocrático se resquebrajaba por sus propios abusos. Los pequeños propietarios, quizás arruinados por la competencia de trigo extranjero más barato, están obligados , en los años pobres, d escasas cosechas a pedir prestado trigo a los dueños de los grandes dominios.
Si no pueden pagar sus deudas, quedan reducidos a la condición de arrendatarios sobre las tierras que antes les pertenecían, o peor aún, se convierten en esclavos. Nada pueden esperar ni de la justicia ni del poder público.
Uno y otro están en manos de los que explotan su miseria. A estos descontentos se añadirán más tarde los plebeyos enriquecidos por el comercio o los artesanos, que no aceptarán más ser excluidos del poder político que acapara la nobleza. La guerra civil parece amenazar a la sociedad ateniense, y los nobles deben hacer concesiones.
Un noble, Dracón, publica en el año -621 leyes escritas; la aristocracia pierde así la posibilidad de interpretar a su voluntad las tradiciones orales y la libertad de administrar la justicia a su conveniencia. El estado y no la familia se atribuye ahora el derecho de castigar los crímenes: la solidaridad del clan se ve amenazada.
Estas leyes deben demostrar que la justicia pública es superior a la privada; tienen que ser muy severas para tranquilizar a la víctima y suprimir la venganza. La falta más leve es a veces castigada con la pena de muerte; pero la ley es para todos. A pesar de la reforma, la aristocracia continúa esclavizando a los pobres, que por su parte reclaman la repartición de las grandes propiedades. Los conflictos se agravan.
Sin embargo, cuando la lucha está a punto de estallar, los partidos enemigos aceptan someterse al arbitraje de Solón, un hijo de nobles estimado por su sabiduría y su moderación (-592, -591). Poeta sensible, se conmovió por los desórdenes y la triste situación del Ática, pero al mismo tiempo su profesión de comerciante le hizo encarar con espíritu práctico los problemas de la clase media.El Código de Dracón d no hizo mucho para aliviar la situación social existente. La posición de los deudores insolventes empeoraba a los ojos de vistas; y como el dinero se prestaba sobre la garantía de la persona, los deudores iban cayendo en la trampa de la esclavitud. Era inminente una revolución social, cuando Solón, un eupátrida de opiniones moderadas y de probado patriotismo, fue nombrado en 594, “reconciliador y arconte”, con la mano libre para alivianar la catástrofe social y revisar la Constitución. Sus principales reformas fueron éstas:
1. Canceló todas las deudas, públicas y privadas, y prohibió para en adelante todo préstamo con garantía de la persona. Tal es la famosa “Seisachtheia”, o “alivio de gravámenes”.
2. Abolió todas la leyes de Dracón, exceptuadas las de homicidio.
3. Revisó la Constitución de tal suerte que aún el más pobre de los ciudadanos tuviera alguna intervención en la administración pública.
A este fin , usó una clasificación ya existente, que dividía a o los ciudadanos en tres clases, según su riqueza: a) los “Pentacosiomedimni”, , u hombres capaces de proveer 500 sacos de cereales; b) los “Hipeis” o caballeros; c) los “Zeugitae” o tronquistas. A estas clases tradicionales añadió: d) los “Thetes” o villanos, los ciudadanos más pobres. A cada clase se le asignaron derechos políticos en proporción con su respectiva categoría. Sólo los miembros de la primera clase eran elegibles para los oficios superiores (Arcontado); los de la segunda y tercera categoría eran admisibles a otros cargos menores; los Thetes quedaban excluidos de todo cargo.. Pero recibieron en cambio el derecho de pertenecer a al “ecclesia” o Asamblea Genera]; y como ese cuerpo, en capacidad judicial, tenía el poder de pedir cuentas a los magistrados al término de su encargo, los Thettes realmente adquirieron un verdadero poder.
En adición a las cuatro clases mencionadas, Solón echó mano de la antigua clasificación den “tribus” para la elección de los magistrados y la creación de un nuevo Consejo de los 400 miembros, reclutados entre las tres primeras clases. En el cao de los Arcontes, cada tribu nombraba 10 candidatos, y luego sobre el total se escogían por suerte los funcionarios definitivos. (…)
El sistema constitucional de Solón puede llamarse en conjunto, una “timocracia”, o jerarquización de derechos públicos según la riqueza. Esto dejaba en manos de los ricos un poder inmenso. Pero, por otra parte, el reconocer la intervención a los Thetes justifica el que Solón sea considerado como padre de la democracia ateniense.
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